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Juan Carlos Antonio Galliano Guillén, John Galliano para los amigos, no es solamente un pequeño genio igual de extravagante que de brillante, su segunda profesión después de modisto, es transformista. Y es que más allá de su capacidad para crear mil y un tipos de mujer, siempre dentro de lo extraordinario, otro de sus sellos de identidad más notables es su caracterización al final de sus desfiles. Temporada tras temporada adquiere una identidad distinta al final de su show.

Es algo intrínseco.Y es que suele mimetizarse con el espíritu de su colección. Por ejemplo, para su último desfile en París, donde presentaba sus propuestas de Primavera-Verano 2010, Galliano se metía en el papel de Humphrey Bogart en su particular homenaje al cine negro.

Su imaginario es una inagotable fuente de inspiración, y si este Halloween no tiene todavía en quien convertirte, coge ideas de John, matarás dos pájaros de un tiro y te disfrazarás por partida doble.

¿Repasas conmigo sus múltiples personalidades?

Si hay un personaje que borda John Galliano, es el de torero. La fascinación que siente por el folclore español no es ningún secreto, y el desfile de Alta Costura Invierno 2007, lo cerraba de esta guisa.

Tanto o más apego siente por la opulencia de Versailles, y transvertirse en un personaje tan pequeño y poderoso como él, Napoleón Bonaparte, es otra de sus debilidades.

Su aparición más espectacular sobre una pasarela se produjo sin embargo al final de su memorable desfile de Alta Costura Invierno 2006: lo cerró vestido de austronauta.

Ahora bien, no hay mejor disfraz que el de uno mismo. Personalmente yo optaría por el John Galliano del verano 2008. Seguramente creerán que vas de Cindy Lauper, pero como este año estará muy trillado por aquello de la fiebre ochentera quedarás estupendamente cuando digas que vas de él…

Eso sí, mi preferido es el atuendo que escogía para echar el cierre a su desfile de Primavera-Verano 2007: con un pijama, una mantilla, una boina, unas botas de agua y un rastrillo, ya lo tienes.