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Aunque parezca insólito, hay que tener en mente que Navidad es, a la par con una fecha de felicidad, una fecha de sorpresas desagradables, si no nos preparamos bien, ya que el regalo es nuestra carta de presentación, aunque digan siempre que los regalos no importan y que lo importante es la cena y compartir, a fin de año ya se comienzan a vislumbrar caras de desencanto apenas se comienzan a abrir los paquetes de regalo.

Para evitarnos malos ratos, lo mejor es evitar ciertos regalos que son siempre considerados de mal gusto por la mayoría de la gente, la mayor parte de las veces, entre los que se encuentran:

La típica colonia barata: Hay colonias y colonias, pero, a la hora de regalar una, fíjate que sea de las más modernas del mercado, nada conocido que quizás esa persona a la que le harás el regalo ya tenga. Esto no quiere decir que no puedas regalar una colonia, pero recomiendo que se deje esta opción solo para los bebés, junto con cremas y talcos.

Una figurita de yeso: Una figurita más para amontonar en casa no es precisamente el mejor de los regalos, ya que es demasiado corriente y vulgar, a menos que sea una figurita enchapada en bronce, o con aplicaciones que realmente la hagan ver elegante y bonita. No recomiendo estos adornos.

Ropa interior: Apenas se comienza a abrir un regalo donde se ve que es ropa interior, comienza a dar vergüenza ajena, sea cual sea la calidad de las prendas y su marca. Este es un regalo de pésimo gusto, al igual que las pantimedias, las enaguas y las calcetas. Dejen esos regalos para el cumpleaños por último, pero no para Navidad, donde hay reunida gente que luego comenta…